lunes, 7 de octubre de 2013

LA VIDRIERA DEL CARTEL



La Hna. María Urkiza, monja trinitaria del Monasterio de Suesa (Cantabria), nos explica la vidriera que aparece en el cartel de jornada que estamos preparando para el 9 de noviembre.

Queridos hermanos,

Muchas gracias por su correo. Nos ha hecho ilusión que nuestra vidriera aparezca en los carteles del encuentro de este año.
Es una vidriera, colocada en el coro monástico, el lugar donde oramos habitualmente la comunidad y todas las personas que se acercan a compartir la oración con nosotras.

Nuestra orden está inspirada en la Trinidad; el tono que aportamos en ese multicolor lienzo que es la Iglesia es ser alabanza a la Trinidad, ser Común-Unión.... iconos de un Dios que nos invita a la acogida, a la comunión, a la dinamicidad, a la creatividad trinitaria. Inspiradas en este sentimiento que llevamos las monjas de la comunidad, tal y como experimentamos nuestro carisma, quisimos representarlo con toda su fuerza en el lugar de nuestra oración.Como contemplativas nos parece muy interesante que las imágenes o representaciones que hay en nuestra capilla sean para contemplar, para dejarte sorprender y establecer un diálogo con ellas, o mejor, con el Misterio que quieren reflejar. No buscamos imágenes estereotipadas o estáticas que a todo el mundo digan lo mismo. Por eso nuestra vidriera es abierta a interpretaciones.

Desde nuestro corazón: es cierto que nosotras queríamos representar a la Trinidad. Tres personas, en movimiento, como el Amor, en círculo, abierto a quien mira, invitando a unirse a la danza. Y decimos tres personas que no tienen el sexo definido (no mujer u hombre, tanto podrían ser uno u otro). Tres personas que son diferentes, abarcando diferentes colores de piel, de raza, en un único círculo. A sus pies lo recto, puntiagudo, hiriente, más oscuro... sobre sus cabezas lo curvo, sin aristas, más brillante.... En medio ese halo amarillo que une las tres figuras y que representa la divinidad, que todo lo transforma de escabroso y duro  a suave y blando. Los colores de las túnicas: el blanco refleja la inmensidad del Padre/Madre, Creador, que tiene la mano tendida hacia quien contempla; el azul-morado, la pasión-redención de Cristo, que indica con una de sus manos el camino hacia el Padre: el rojo, el fuego del Espíritu, la Ruah, con las manos el alto animando a la Iglesia.

Las interpretaciones de los demás (después de contemplarla y dichas desde el corazón y no desde la cabeza enjuiciadora) nos enriquecen mucho.

Espero que les sirva. Les deseamos una jornada llena de felicidad y encuentro gozoso.



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